El simbolismo del buey tenía su mayor expresión en los sacrificios efectuados en los días festivos marcados por la antigua ley. Pascua, en primavera; Pentecostés, en verano; y Tabernáculos, en otoño, eran los momentos elegidos para la muerte, entre aclamaciones, de toros sacrificados a la divina justicia. Sin olvidar que, junto con el león, el águila y el hombre, el toro es uno de los cuatro animales simbólicos del Apocalipsis, los más poderosos de la tierra, atributos de San Marcos, San Lucas, San Juan y San Mateo.
PABLO DEMA ( GENERAL CABRERA,CÓRDOBA,1979 )
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